¿Son eficaces los nuevos fármacos para tratar la obesidad?

La obesidad no es solamente un problema estético, sino también de salud personal y salud pública. Su prevalencia ha aumentado, duplicándose en más de 70 países en los últimos 40 años, especialmente en la población infantil. Las causas de la obesidad son múltiples; implican factores genéticos, de estilo de vida y también psicológicos.

La principal causa de la epidemia de obesidad radica en factores ambientales, principalmente en la disminución de la actividad física, especialmente en niños, y en dietas inadecuadas, fomentadas por el abaratamiento y abundancia de alimentos hábilmente diseñados por la industria alimentaria para mejorar su apariencia y sabor.

El tratamiento clásico de la obesidad, basado en dieta y ejercicio se ha demostrado poco eficaz, no solo por la dificultad para modificar hábitos, si no también porque cada persona tiene un peso propio condicionado genéticamente. Esta dificultad para tratar la obesidad ha llevado a las compañías farmacéuticas a producir fármacos para facilitar el adelgazamiento disminuyendo el apetito.

Desde 1935, año en el que se introdujo por primera vez el dinitrofenol, prohibido tres años después por su toxicidad, han aparecido múltiples medicamentos con una eficacia escasa. Esta situación ha cambiado en los últimos años y ya disponemos de algunos fármacos muy eficaces y con pocos efectos secundarios.

Estos nuevos fármacos, conocidos como GLP o análogos-GLP se desarrollaron inicialmente para el tratamiento de la diabetes tipo 2 o diabetes del adulto, área en la que hay una larga experiencia sobre su seguridad y beneficios, como la pérdida de peso.

Los GLP están basados en la estructura de una hormona producida normalmente por las células intestinales, el GLP-1. En estos años se ha podido comprobar que estos medicamentos, lejos de aumentar el riesgo cardiovascular en pacientes con diabetes, lo disminuyen considerablemente. El primero de estos fármacos fue la liraglutida (Saxenda Novo Nordisk), que comenzó a utilizarse en 2009 para el tratamiento de la diabetes y desde 2015 para el tratamiento de la obesidad. En tratamientos con liraglutida hemos observado que mayoría de los pacientes pierden un 10-15% de su peso llegando en algunos casos hasta un 30% cuando se combina con dieta y ejercicio.  

Estos fármacos actúan a nivel del tubo digestivo retrasando el vaciamiento gástrico después de las comidas, favoreciendo así la sensación de saciedad. Además actúan a nivel cerebral disminuyendo el apetito, favoreciendo la saciedad y disminuyendo la ansiedad y la adicción.  

Otro fármaco más reciente de este grupo es la semaglutida (Ozempic Novo Nordisk) que se administra semanalmente. En España se omercializado en dosis de 0,25, 0,5 y 1mg para el tratamiento de la diabetes tipo 2, pero en Estados Unidos se comercializa en dosis más altas (2,4 mg) para el tratamiento de la obesidad con el nombre de Wegovy. Con esta dosis, el efecto sobre la pérdida de peso es superior al de Saxenda (14,9% frente al 10%) y al igual que Saxenda, mejora también otros parámetros de riesgo cardiovascular. También está disponible una preparación de semaglutida para administración oral: (Rybelsus (Novo Nordisk).

Estos fármacos son bastante seguros, teniendo como efectos secundarios más frecuentes algunas molestias digestivas, en general leves y transitorias. En muy pocas ocasiones se han descrito casos de pancreatitis aguda, obstrucción intestinal o parálisis gástrica. En animales se han observado casos de cáncer de páncreas y de tiroides, por lo que no se deben administrar en pacientes con antecedentes de estas enfermedades. El principal inconveniente de estos fármacos es que requieren administración mediante inyección subcutánea (igual que la insulina o la heparina) y que su precio que oscila entre 150 y 300 euros al mes.

Estos medicamentos son solo el principio y hay actualmente nuevos fármacos en desarrollo muy prometedores, como la cagrilintida (Novo Nordisk), aún en fase investigación. Esta sustancia está basada en la molécula amilina, que se produce en el páncreas cuando comemos y está involucrada en el control de la glucemia y disminuye el apetito. En los ensayos clínicos, el tratamiento combinado con semaglutida y cagrilintida casi duplicó la pérdida de peso a las 20 semanas, en comparación con el tratamiento único con semaglutida.

Otro fármaco que esperamos próximamente es la tirzepatida (Mounjaro Eli Lilly), que combina la acción de dos hormonas digestivas diferentes (el GLP-1 y el polipéptido inhibidor gástrico (GIP)), con una eficacia superior a la semaglutida para la pérdida de peso. Probablemente sólo se autorizará inicialmente para el tratamiento de la diabetes, pero es otra nueva esperanza para el tratamiento de la obesidad.

El más prometedor parece la retatrutida (Eli Lilly), también denominado 3G porque comparte en una molécula la acción de 3 hormonas: un agonista de receptor de GLP-1, un GIP y un agonista del receptor de GLP; mejorando el control de la glucosa en pacientes diabéticos, la esteatosis hepática en los pacientes con hígado graso y produciendo una pérdida de peso de un promedio del 24%, unos resultados hasta ahora solo posibles con la cirugía bariátrica.

Además de estas hormonas producidas en el aparato digestivo y que actúan también a nivel cerebral, ha surgido una nueva vía de investigación y tratamiento de la obesidad a través de anticuerpos que bloquean los mecanismos de pérdida de masa muscular que se produce con la pérdida de peso, especialmente cuando esta es muy rápida. En un ensayo clínico, un nuevo anticuerpo llamado bimagrumab (Novartis) consiguió una pérdida de peso de un 20% de grasa y un aumento de un 4,5% en la masa muscular además de mejorar la glucosa. Un hallazgo muy prometedor, ya que la mayoría de las pérdidas de peso se asocian con pérdida de masa muscular. Este fármaco permite la administración cada 4 semanas, pero debe realizarse por vía intravenosa. Hay otros fármacos ya desarrollados y que se encuentran en fases iniciales de estudio en humanos como la oxintomodulina, cotaglutida o la tesofensina, pero todavía lejos de la comercialización.

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