Áreas de práctica
El doctor cubre todas las patologías dentro del campo de la Endocrinología y Nutrición. Además el doctor tiene también la especialidad de Medicina Interna, lo que le permite adoptar una visión global de los problemas médicos del paciente y remitirle a otros expertos si fuera necesario.
Problemas endocrinos
Tratamiento y seguimiento de enfermedades del sistema endocrino como:
Enfermedades del tiroides (hipotiroidismo, hipertiroidismo, tiroiditis, nódulo tiroideo)
Diabetes
Síndrome de ovario poliquístico
Alternaciones endocrinas durante el embarazo
Hipoglucemia
Hipercalcemia
Hirsutismo
Enfermedades de la hipófisis y de glándulas suprarrenales
Obesidad y sobrepeso
Tratamiento individualizado de la obesidad y sobrepeso basado en un estudio detallado de la del paciente y sus hábitos, incluyendo:
Historia clínica
Estudio de la composición corporal
Valoración endocrina y metabólica para identificar enfermedades asociadas
En base a los resultados se establecerá un tratamiento personalizado nutricional y farmacológico.
En los casos necesarios se asesorará al paciente con respecto a posibles tratamientos quirúrgicos.
Nutrición personalizada
Identificación de problemas en la dieta y elaboración de planes de alimentación adaptados a las necesidades del paciente, tales como:
Embarazo
Diabetes
Problemas cardiovasculares
Intolerancias alimentarias (ej. lactosa, fructosa, gluten, etc.)
Hipoglucemias
Problemas digestivos (enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa)
Cirugías del aparato digestivo
Anorexia nerviosa y trastornos de la conducta alimentaria
Distintas enfermedades (ej. cáncer)
Enfermedades del tiroides
El tiroides es una glándula con forma de mariposa localizada en el cuello y que produce las hormonas tiroideas (tiroxina (T4) y triyodotironina (T3)) que controlan varias funciones en el organismo principalmente la velocidad de metabolismo, temperatura corporal, asimilación de nutrientes, etc. Cuando esta glándula no funciona de forma correcta, hablamos de enfermedades del tiroides.
Hipertiroidismo
El hipertiroidismo se da cuando el tiroides produce más hormonas de las necesarias para un funcionamiento normal del organismo. Los síntomas principales incluyen: pérdida de peso, taquicardias, palpitaciones, sudación, nerviosismo, temblores e intolerancia al calor.
Las causas más frecuentes son:
Tiroiditis: Produce un hipertiroidismo leve y de corta duración que se resuelve espontáneamente.
Nódulo: Un nódulo en el tiroides que se declara independiente y produce hormonas (T3 o T4) en exceso, sin el control de la hipófisis.
Enfermedad de Graves: Trastorno autoinmune en el que los linfocitos producen anticuerpos dirigidos contra el tiroides que estimulan la producción de T3 y T4. Esta enfermedad puede seguir un curso muy irregular, desde una resolución espontánea en pocas semanas, hasta síntomas persistentes o recurrentes durante años que pueden acompañarse de problemas oculares.
Embarazo: Durante los primeros meses puede producirse un hipertiroidismo transitorio, que no requiere tratamiento, pero que obliga a descartar otras enfermedades de mayor repercusión como la tiroiditis del embarazo y la enfermedad de Graves.
El hipertiroidismo es muy variable en su intensidad, gravedad y duración dependiendo de la causa y de la importancia del trastorno. En algunos casos no requiere tratamiento, mientras que en otros es necesario administrar fármacos anti-tiroideos, destruir el tiroides con yodo radioactivo o quitar parte del tiroides mediante cirugía.
Hipotiroidismo
El hipotiroidismo es una enfermedad caracterizada por una reducción en la producción de hormonas tiroideas. Esto puede ser debido a falta de yodo o a lesiones de la glándula relacionadas con inflamación del tiroides (conocida como tiroiditis) y en ocasiones por causas desconocidas o muy raramente (un 1% de los casos) porque otra glándula, la hipófisis, no produce una suficiente cantidad de TSH, la hormona que controla la función del tiroides.
Hablamos de hipotiroidismo cuando las cifras de TSH superan 4,5 - 5,5 mcUI/ml.
TSH entre 5,5 y 10: No se precisa tratamiento si no hay síntomas (cansancio, caída de pelo, sensación de lentitud mental), aunque deben seguir controles periódicos de las hormonas tiroideas para detectar la posible progresión del hipotiroidismo. Una excepción son las mujeres embarazadas o con deseo de embarazo. En esta situación la TSH debe estar por debajo de 2,5 mcUI/ml y si estuviera mas alta es necesario tratarla con hormona tiroidea.
TSH es superior a 10 mcUI/ml: La mayoría de los pacientes deben recibir tratamiento con Tiroxina y realizarse controles de hormonas tiroideas. El tratamiento es necesario para toda la vida, pero es un tratamiento muy bien tolerado y sin efectos secundarios con los controles médicos adecuados.
Tiroiditis
La tiroiditis es una enfermedad caracterizada por la inflamación de tiroides por bacterias, virus o por una enfermedad autoinmune.
La manifestación mas frecuente es la tiroiditis de Hashimoto, una enfermedad autoinmune en la que se producen anticuerpos contra el tiroides (anticuerpos antimicrosomales o anti TPO) que inflaman el tiroides y pueden llevar a su destrucción total o parcial con el desarrollo de hipotiroidismo. Los pacientes con esta enfermedad puede tener además otras enfermedades autoinmunes o desarrollar un cansancio crónico cuando la inflamación es intensa y prolongada. En las primeras fases de la enfermedad, en las que puede haber aumento del tamaño del tiroides o hipertiroidismo leve y de corta duración, los pacientes suelen ser asintomáticos, pero a la larga (varios meses o incluso años) la mitad de los pacientes terminan por desarrollar hipotiroidismo, requiriendo tratamiento hormonal permanente. Por ello es aconsejable el seguimiento anual de pacientes que hayan sufrido una tiroiditis de Hashimoto.
En el caso de mujeres que estén planeando un embarazo, el haber sufrido esta enfermedad puede ocasionar dificultad para quedarse embarazada y provocar abortos espontáneos en las primeras semanas de gestación, por lo que es recomendable el tratamiento con hormonas tiroideas, aun sin estar embarazadas y aunque la función tiroidea sea normal.
Otros tipos de tiroiditis menos frecuentes incluyen la tiroiditis subaguda, que se acompaña de inflamación dolorosa del tiroides, en ocasiones con fiebre e hipertiroidismo, y que requiere tratamiento con antiinflamatorios potentes o corticoides.
Nódulos tiroideos
En ocasiones una parte del tejido tiroideo crece de forma espontánea hasta formar una estructura mas o menos esférica con tamaños que oscilan entre pocos milímetros a varios centímetros.
La importancia de identificar y evaluar estos nódulos tiroideos estriba en que pueden ser el comienzo de un cáncer de tiroides, aunque afortunadamente esto solo ocurre en alrededor 5% de los casos. La mayoría de los nódulos menores de 1 cm son benignos o en el caso de ser malignos presentan crecimiento un muy lento.
Actualmente disponemos de técnicas que permiten conocer con una probabilidad muy alta si un nódulo es benigno o maligno. La más empleada es la ecografía de tiroides, que cuando se realiza por expertos y con ecógrafos de última generación permite conocer muchas características del nódulo como su densidad, riego sanguíneo, definición de sus bordes o presencia de calcio, indicadores de la posibilidad de que sea maligno.
En nódulos mayores de 1 cm, aunque la probabilidad de cáncer sea baja, suelo aconsejar una punción para obtener una muestra celular. Si se confirma una alta probabilidad de que el nódulo sea maligno, es necesario el tratamiento quirúrgico, realizándose una extirpación total o parcial del tiroides.
También recomiendo el tratamiento de nódulos grandes, en los que es difícil asegurar la benignidad de los mismos y que en ocasiones pueden producir compresión de órganos vecinos como la tráquea o el esófago o problemas estéticos. Estos nódulos se suelen tratar con cirugía, aunque también es posible el tratamiento mediante la inyección de alcohol o mediante coagulación con microondas, electrocoagulación o radiofrecuencia evitando el riesgo quirúrgico y las cicatrices en el cuello.