¿Cómo comer de manera saludable en un restaurante?

En teoría suena muy fácil: De primero una ensalada, de segundo legumbre y de postre fruta. Lamentablemente la realidad es mas complicada.

Actualmente nadie concibe la posibilidad de fumar en un restaurante. Todos asumimos la normativa de  prohibición del tabaco por sus efectos nocivos sobre la salud. De igual manera, en los restaurantes se vigila enormemente higiene de los alimentos y también es obligado informar sobre la presencia de alérgenos, aun cuando la proporción de personas con alergias no sea demasiado grande. Pero, ¿qué hay de las características nutricionales de los platos que sirven muchos restaurantes? ¿Puede una persona con diabetes, obesidad o enfermedades del corazón, hacer una dieta adecuada cuando sale a comer? ¿Puede encontrar en la carta platos que no sean perjudiciales para su salud? Incluso una persona sin ninguno de estos padecimientos, ¿puede hacer una dieta sana en muchos restaurantes?

Todas estas preguntas se dan con mayor frecuencia que las alergias y, sin embargo, no se les presta la debida atención, algo que se torna tanto más grave cuando son muchas las personas que se ven obligadas a comer habitualmente fuera de casa.

Muchos restaurantes tienen en sus cartas primeros platos, que en una dieta normal, serían considerados más bien segundos y no disponen, por ejemplo, de una ensalada sencilla que consista sólo en verduras y hortalizas, por no hablar de la rareza que es encontrar una legumbre en el menú.

En los segundos platos, afortunadamente, es más factible encontrar algún pescado, aunque a menudo resulta difícil encontrar una preparación sencilla y baja en calorías como pueda ser la plancha.

Así mismo, es excepcional encontrar fruta en la oferta de postres, mientras que siempre hay un variado surtido de tartas ricas en azúcares, harinas refinadas o grasas saturadas, todo muy  perjudicial para personas con obesidad o diabetes.

Y qué decir del pan. La mayoría de restaurantes no ofrecen auténtico pan integral, más saludable que el blanco, y con frecuencia el pan está poco cocido o crudo, lo que lo hace indigesto o mal tolerado por las personas sensibles al gluten.

Dada la elevada prevalencia y aumento de la obesidad, diabetes, hipertensión y enfermedades cardiovasculares, se debería facilitar que las personas puedan hacer una dieta adecuada fuera de su casa, especialmente cuando los platos saludables que faltan en los restaurantes - ensaladas sencillas, legumbre y fruta -, no son caros ni difíciles de preparar.

De la misma forma que se regulan las normas higiénicas de preparación de alimentos, o se suministra información sobre alérgenos, también se deberían regular mínimamente la “calidad nutricional” de los platos y las cartas de restaurantes, que tendrían que incluir opciones más saludables para facilitar la dieta de muchas personas que, por razones de salud, deben vigilar los alimentos que consumen.

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